lunes, 9 de mayo de 2011

KODAMA


Feria del Libro de Cádiz. Plácida tarde de domingo para firmar ejemplares y, mejor aún, para charlar con mi amigo Juan de la librería “Manuel de Falla” que es como decir; para aprender un poco más del mundo del libro.
Una mujer menuda, elegante y frágil; decidida se acerca a nuestro stand. María Kodama. Error bajo esa aparente fragilidad adivino fortaleza y voluntad. Juan me la presenta. Apretón de manos. Formalismos de salutación. Ya sabía que no lograría expresarle mi admiración por la obra de Borges. Juan le habla de mi libro. Sonríe. Despedida. A los cinco segundos ya no pude evitarlo. Con paso liguero me acerco de nuevo a ella. Deseo obsequiarle con un ejemplar de mi libro. No sabrá que es el pago de una deuda que adquirí cuando sólo contaba quince años con Borges. “Señora si hoy estoy tras esta mesa como autor es por él, o gracias a él, o por culpa de él. No lo sé”.
Sonríe de nuevo. Afirma que lo leerá. ¿Cabe mayor satisfacción?
Le expresará mi gratitud a Borges. No en vano todos sabemos que ambos se reencontraran en otra existencia. Es inevitable. Hoy me siento satisfecho. Uno siempre se siente satisfecho cuando paga sus deudas.

1 comentario:

  1. Une belle anecdote. A croire que les choses qui nous arrivent dans la vie ne sont pas si fortuites que ça! A méditer...
    R.L

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